jueves, 2 de octubre de 2014

*Capítulo II

Habían pasado ya dos semanas y yo seguía sin saber nada de val. Lo último es que según tenía una enfermedad contagiosa “varicela” y que por eso no asistía al instituto.
Hoy decidí ir a verla ya que era viernes, no tenía nada que hacer, pero si muchas cosas que contar.
Salí de clases y me dirigí hacia su casa, no era muy cerca por lo que opte por tomar el bus que me dejaba afuera de su casa. Cuando llegué toque varias veces el timbre pero nadie abría. Fui a la tienda que estaba cerca de su casa, ya que ahí trabaja Miguel un amigo de vale, tal vez él sabe algo. Al entrar lo vi sentado, tenía cara triste y sus ojos reflejaban claramente angustia. Me acerqué a él y lo salude, me caía bien y casi lo considero un amigo a pesar de no conocerlo mucho.
-Hola__. –Dijo sin ganas. – ¿Sabes dónde está Vale?-Sí, se tuvo que ir al Hospital.- ¿Hospital?, ¿por qué?-preocupación eso era lo que se oía en mi voz. –Pues parece que se volvió a sentir mal y se tuvieron que ir…
-Pero se supone que si te da varicela no puedes salir y… -¿Varicela?-me interrumpió de repente- Sí, es lo que tiene, ¿No? –Pues No, yo creo deberías ir a verla y platica con ella, créeme eso le va a hacer bien.
-Ok… ¿sabes en que hospital esta?  - Supongo que en el que está a las afueras de la ciudad, es donde la han estado tratando, preguntas por ella en el área de oncología. -¡oncología!, ¿enserio? –sí.  –Está bien… luego nos vemos.  –Oye me hablas para saber cómo esta porfa.  –Ok pásame tu número. –Intercambiamos números.- bueno yo te aviso cualquier cosa. Nos vemos –Esta bien, te cuidas.
Me fui directo al hospital y pregunte por Valeria, me indicaron en donde se encontraba y al llegar al piso en donde la tenían, estaban sus papás en la sala de espera y me dirigí asía ellos. Les pregunte por Val y me comentaron que ella estaba grabe y su enfermedad la estaba matando lentamente, fue entonces que me arme de valor y pregunte qué era lo que tenía. LEUSEMIA, Cáncer en la sangre, una maldita enfermedad mortal. Según lo que sus papás me habían dicho asía ya casi dos meses desde que le habían detectado la enfermedad, al principio no se le notaba mucho pero al parecer ya no era así. ¿Por qué a ella?, ¿Por qué a ella y no a mí?, eran las preguntas que rondaban en mi mente, ella tenía un vida, tenía amigos, tenía sueños, sobre todo tenía ganas de vivir. No es que ahora no las tenga, porque sigue teniendo esas ganas, lo que no tenía eran fuerzas para seguir luchando. Estaba débil, se veía completamente mal,… Se veía ENFERMA.
Después de dos horas y media más o menos, nos dejaron verla pero solo podía pasar una persona, su mamá entro primero, y cuando salió estaba devastada, lloraba a mas no poder. Mientras el papá de vale la consolaba entre yo a verla, las manos me sudaban, las piernas me temblaban y mis ojos lloraban. –HOLA- Dijo en un susurro cuando me vio entrar. –Hola Val- le conteste. –No quería que me vieran así- dijo mientras señalaba su clava cabellera, intentando formar una sonrisa. Me senté junto a ella y después de un momento silencioso, decidí hablar. -¿¡Sabes?!, han pasado muchas cosas raras en la escuela. –ella me miro indicando que continuara. –Lima y Daniell me han preguntado mucho por ti. -¿Enserio?- Sí, y parece que a Liam le gustas ha estado muy preocupado por ti, aunque eso no es lo raro, lo raro es que Daniell pregunta mucho por ti, obvio siempre tratando de que sus huecas amigas no la descubran ablando con la chaca rara de yo- dije mientras me señalaba en la última frase.
-Bueno es que ella y yo somos amigas, pero nadie lo sabe, bueno ahora supongo que lo sabes tú.
Pensé en preguntarle que cual había sido la razón de no contarme lo de su enfermedad y su amistad con Daniell. Pero preferí no hacerlo, porque lo menos que quería es que se deprimiera por esas razones.
Después de un rato me despedí de ella y de sus padres y me fui directo a casa. Durante el camino no deje de pensar en porque no me había dicho algo de lo que le estaba pasando, es que acaso no me tenía la confianza para decírmelo, o, ¿Por qué a ella y no a mí?
Llegue a casa y me esperaba una madre preocupada  y enojada lista para regañarme. Pero no le hice mucho caso y me encerré en mi cuarto para llorar. Recordé a Miguel y le mande un mensaje de texto. Le dije que no se preocupara que val ya estuviera un poco mejor. Minutos después me contesto que todo iba a estar bien y bla, bla. Cuando termine de leer el texto avente mi celular sin importar donde callera, me metí bajo mis cobijas y llore hasta quedarme dormida.


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